XII Sonatas del Padre Antonio Soler (Sira Hernández)

XII Sonatas del Padre SolerLa estupenda pianista barcelonesa Sira Hernández acaba de lanzar al mercado un nuevo y cuidado trabajo discográfico bajo el sello Solfa recordings, en el que es su segundo trabajo para esta compañía después del CD con los cuatro libros de la Música Callada de Frederic Mompou. En esta ocasión, nos deleita con una nueva visión y lectura de algunas de las sonatas del Padre Antonio Soler, en concreto las doce que recogió y publicó, con otras cuatro sonatas de otros autores de la misma época, en París en 1925, Joaquin Nin i Castellanos para la editorial Max Eschig.
Sira Hernández se confiesa una apasionada del pianismo español y de los repertorios para tecla del Barroco europeo, y llega a este trabajo con toda la experiencia adquirida a lo largo de años de trabajo y estudios sobre autores que van desde el siglo XVIII hasta el XX.
Es un nuevo acercamiento a la obra de este gran compositor desde que en la década de los 60 una pionera del clave en España – Genoveva Gálvez- grabase sonatas de Soler.

Nacida en Barcelona, Sira Hernández realiza sus estudios musicales en Turín, Italia, en el Conservatorio Giuseppe Verdi, bajo la dirección de Remo Remoli y Felice Quaranta, director del conservatorio y compositor además de pianista, donde debuta a la edad de 16 años, graduándose unos años después con la máxima puntuación.
Después vuelve a Barcelona donde perfecciona sus estudios musicales en la Academia Marshall, recibiendo clases de la gran pianista Alicia de Larrocha. Participa también en numerosos cursos de perfeccionamiento con pianistas de alto nivel internacional.
Durante 1993-1994 estudia contrapunto y composición con el maestro Manuel Oltra.
Participa también en cursos de improvisación impartidos por el reconocido profesor de el Esmuc y la Escuela Reina Sofía, Emilio Molina.
Ha ejercido la docencia en cursos de interpretación y técnica pianística organizados por el Ayuntamiento de Turín (Italia), la Academia Marshall de Barcelona dirigida por Alicia de Larrocha y en diferentes escuelas y conservatorios de Italia y Cataluña .
Su actividad concertística se desarrolla en diferentes ciclos de conciertos y festivales internacionales e importantes actos culturales, como el Festival de Peralada, de Santa Florentina, de Música Clásica de Toledo, Ciclos de conciertos en distinats Fundaciones ( La caixa, Caixa Catalunya de la Pedrera de Barcelona, La Casa del Lector en el Matadero de Madrid, etc.), en centros de arte como Eina, Arts Santa Mònica, Conde Duque, Museos, Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Palau de la Música de Barcelona, Auditorio de Barcelona y conservatorios, etc.

Grabaciones y programas de radio y televisión

Sus interpretaciones se han podido escuchar por las principales emisoras de radio nacional y estatal (Radio Nacional de España, Catalunya Música, Sinfo Radio, etc.), Participando en diferentes programas y entrevistas como en La Dársena de Jesús Trujillo, 2Solistes» de Joan Vives o con Eva Sandoval. También ha participado como intérprete en programas de la Televisión (Televisión nacional de España, Televisión de Aragón, TV3, etc).
Sira Hernández tiene grabados varios CDs con gran éxito de crítica, dos para el sello discográfico Ars Harmónica / La mà de Guido. El primero, registrado en 1996, es un Recital con piezas de D. Scarlatti, J.S. Bach, Chopin y Albéniz. El segundo CD está dedicado integralmente a J. S. Bach en conmemoración del 250 aniversario de su muerte, en 2000.
El año 2003 ha grabado un CD con música del compositor catalán Manuel Oltra para el sello Columna Música y, en abril de 2007, ha grabado para el sello La mà de Guido, un disco dedicado integralmente a I. Albéniz con obras casi desconocidas del compositor catalán.
En 2011 ha grabado un cd con trece Nocturnos de trece compositores diferentes desde Field a nuestros días, estrenando un Nocturno de Ll. Balsach para el sello La mà de Guido.
En 2014 graba la Música Callada de F. Mompou para el sello Solfa Recordings. En el mes de noviembre de 2016 graba para el mismo sello, Solfa Recordings, el CD que nos ocupa y que acaba de ver la luz.

Antonio Soler nació en la pequeña población de Olot, situada en la comarca catalana de La Garrotxa, al pie del Pirineo. Fue bautizado en la iglesia de Sant Esteve de Olot el día 3 de diciembre de 1729, con los nombres de Antoni, Francesc Xavier y Josep. Es muy probable que la primera formación musical la recibiera de su padre Marc Mateu Pere Soler, que había sido músico de banda del regimiento de Numancia.
Gracias a unas cartas encontradas se sabe que Antonio Soler tenía por lo menos un hermano, que también era músico y compositor. Se llamaba Mateu Soler y sabemos que actuó como fagotista de la Real Capilla de Madrid entre 1780 y 1799, año de su muerte. De él se ha conservado por lo menos una sonata para fagot y bajo continuo en Do Mayor escrita en el año 1784.
En el año 1735, Antonio Soler ingresa en la Escolanía de la Abadía de Montserrat, en la que su principal profesor fue Benet Esteve de de formación encontramos nombres de futuros músicos catalanes conocidos, como Felip Jaume Andreu de Granollers (1727-1770) y Benet Julià de Torroella de Montgrí (1727-1787). Sabemos que debía completar su estancia en la Escolanía al alcanzar los 16 años, la máxima edad permitida, pero en las memorias sepulcrales de Fr. Pedro Serra se apunta la posibilidad de que continuara viviendo en Montserrat por lo menos un año más.
Alrededor de 1746 se presentó a dos oposiciones para obtener la plaza de maestro de capilla en Lleida y en la Seu d’Urgell. No se puede saber con certeza si llegó a ejercer en las dos o quizás solamente en la Seu. Incluso se apunta la posibilidad de que entre 1746 y 1752 realizara alguna estancia en Madrid, que habría aprovechado para recibir formación musical de José de Nebra y, quizás quién sabe si de Domenico Scarlatti. En 1751 compone su primera obra datada Cantatibus organis.
Ya en 1752 es ordenado subdiácono en la Seu d’Urgell y enseguida se le invita a entrar en la orden jerónima, en calidad de organista, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, propuesta que acepta e ingresa como novicio el 25 de septiembre. De este momento datan sus primeras obras litúrgicas. Entre 1754 y 1758 lo encontramos ejerciendo de organista en el monasterio. El ya mencionado encuentro con Nebra, y supuestamente con Scarlatti, también pudieron haberse producido en este momento.

Domenico Scarlatti había llegado a Madrid en el año 1729 en su condición de clavecinista de la princesa portuguesa María Bárbara de Bragança (1711-58), cuando esta se casó con el infante Fernando de Borbón, futuro rey Fernando VI (1713-1759). Scarlatti residió en Madrid hasta su muerte en 1757. A pesar de que no hay certeza del vínculo pedagógico directo entre el Padre Soler y el prestigioso clavecinista napolitano, lo cierto es que como mínimo estaba muy familiarizado con su música. Incluso él mismo se describe como su alumno. Es muy probable que fuese cierto. No hemos de olvidar que Fernando VI y su esposa pasaban los otoños en el Monasterio de El Escorial y que probablemente les acompañase Scarlatti, que era su clavecinista privado.
A raíz de la muerte del Padre Gabriel de Moratilla en 1757, Soler se convertirá en el maestro de Capilla de El Escorial. Las obligaciones del nuevo cargo no le impidieron continuar componiendo intensamente. De esta etapa data, entre otras obras vocales, un primer libro de sonatas para clavecín.
Medina Sidonia. Aquel mismo septiembre regresa a Olot en compañía de su amigo Fr. Pere Serra, pasando por Montserrat, donde deja un ejemplar del mencionado primer libro de sonatas a su maestro Benet Esteve. El siguiente año publica en Madrid el tratado en dos volúmenes “La llave de la modulación”, que genera reacciones a favor y en contra debido al método que sugería a la hora de desarrollar las modulaciones harmónicas. Una de las más enconadas fue la de Antonio Roel del Río (1764).
En el siguiente año escribe la primera de las cartas al célebre Padre Martini de Bolonia. Al mismo tiempo continúa componiendo, entre otras obras, “cuatro libros de sonatas para clavecín”, tal como él mismo confiesa. Ya en 1766 comienza a trabajar en su nuevo tratado sobre “Música eclesiástica”, según explica en una nueva carta al Padre Martini. También redacta la necrológica de su amigo, el mencionado Fr. Pere Serra, gran intérprete de Oboe, flauta y fagot, que había muerto el 7 de marzo. Dos años más tarde moriría también su maestro José de Nebra, que hasta entonces había sido maestro de clavecín del infante don Gabriel. En su lugar se nombra a Nicolás Conforto, que ya lo era de las infantas.
Gracias a las cartas al Duque de Medina Sidonia, sabemos que en 1770 Soler compone un libro de 40 sonatas con evidente finalidad didáctica.
(1771) y ya en 1772, Soler entregó 27 manuscritos autógrafos de sus sonatas a Lord Fitzwilliam en El Escorial para que las publicase en Inglaterra. Este es el origen de la edición de Robert Birchall, aparecida en Londres hacia 1796.

1773 marca el fin de la relación epistolar con el Duque de Medina Sidonia al tiempo que en el otoño se inician los encuentros musicales con el Infante don Gabriel. Eran de carácter informal pero plenas de consejos pedagógicos. Más tarde el organero de Reus Josep Cases comenzó la construcción de un órgano vis-à-vis, a petición de Soler, destinado al infante, que completará el siguiente año. Todo hace pensar que Soler compuso para este instrumento los célebres 6 Conciertos para dos órganos obbligato. También por esta época compone los 6 quintetos para órgano o clavecín y cuerda, primera obra dedicada específicamente al Infante don Gabriel y destinada a ser tocada en la sala de música de la recientemente acabada “Casita de arriba”, situada al sur de El Escorial.

No sabemos en qué medida el Padre Soler habría preferido desarrollar una vida musical más creativa y cercana a la corte. Es evidente que el espíritu devoto y sobrio de la vida monacal debía topar con la percepción que la propia congregación jerónima tenía de cómo la relación con el relación epistolar con el Duque de Medina Sidonia, se puede llegar a intuir una velada petición de entrar a formar parte de su corte. El aristócrata nunca la respondió. También sabemos que Soler pidió su traslado al Monasterio de San Jerónimo de Granada. Sin embargo, finalmente el Padre Soler pasó los últimos años de su vida en San Lorenzo de El Escorial, alternando la composición de música sacra con las Sonatas para tecla, hasta su muerte el 20 de diciembre de 1783 a las cinco y media de la mañana, pocas semanas después de haber cumplido los 54 años.

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