Marina Pardo y Kennedy Moretti en el Festival Internacional de Santander
|La mezzosoprano Marina Pardo y el pianista Kennedy Moretti ofrecieron la noche del martes 18 de agosto un recital en el Festival Internacional de Santander, el primero que la cantante santanderina ha dado tras el período de confinamiento vivido por culpa de la COVID-19.
Los artistas programaron un recital en el que la figura central era Beethoven, por aquello de que estamos en el 250 aniversario de su nacimiento, brindando así un homenaje al músico de Bonn, y en el que también se incluyeron obras de autores que influenciaron su obra, como Haydn, Mozart o Salieri. A él estuvo dedicada la segunda parte de un recital que comenzó con la cantata ‘Ariadne auf Naxos‘ compuesta por Haydn, quien fue maestro de Beethoven, en 1789. A través de dos recitativos y dos arias, la princesa Ariadna, abandonada por su amado Teseo, pasa del temor a la ira y del dolor al amor desesperado. Marina Pardo ofreció una estupenda interpretación, intensa y dramática, plena de matices y colores, con una estupenda dicción en una pieza compleja para comenzar un recital.
Tras unas breves palabras de agradecimiento por parte de la cantante al público por asistir a su recital después de este tiempo tan convulso sin que los artistas hayan podido compartir su arte en los escenarios, Marina Pardo aprovechó para tener un recuerdo para Federico García Lorca, asesinado el 18 de agosto de 1936. Lorca es una figura importante en la carrera de la cantante, pues su recreación del rol del propio Lorca en la ópera ‘Ainadamar’, de Osvaldo Golijov, es uno de sus personajes más logrados, con alabanza de público y crítica.
Unos lieder de Mozart, con quien Beethoven quiso estudiar pero no pudo ser por las circunstancias personales de ambos, conformaron el segundo bloque del recital. En el terreno del lied, la mezzo se desenvuelve estupendamente. Es un género que le viene muy bien a su voz, a su tesitura y al gusto exquisito con el que expresa cada una de las siempre bellas letras que tienen estas composiciones realizadas sobre textos poéticos. Así, interpretó el “Dans un bois solitaire KV308” (En un bosque solitario), uno de los primeros ejemplos de canciones en francés, “Das Lied der Trennung KV519” (Canción de la separación), “Als Luise die Briefe ihres ungetreuen Liebhabers verbrannte KV520” (Mientras Luise estaba quemando las cartas de su infiel amante), “Abendempfindung an Laura KV523” (Sensación nocturna), obra paradigmática en la historia de la composición de Lied alemán, ya que el compositor utiliza recursos compositivos tomados como base para los Lieder románticos del siglo XIX, y el bellísimo “An Chloë KV524” (Para Chloe).
De Antonio Salieri, que fue maestro de Beethoven cuando el genio alemán se formó en repertorio italiano, interpretó la Oda “Deh, si piacevoli”, donde la mezzo volvió a hacer gala de su expresividad y el manejo de matices.
Para finalizar el recital, un bloque de canciones compuestas por Beethoven. Comenzó por el famoso “An die ferne Geliebte op 98” (A la amada lejana), el único ciclo de 6 canciones compuesto por el músico de Bonn en 1816 con textos de poemas de Aloys Jeitteles, que ha sido interpretadas por grandes cantantes como Dietrich Fischer Dieskau, Hermann Prey o Peter Schreier, entre otros. Después la preciosa “Ich liebe dich so wie du mich op 123” (Yo te amo tanto como tú a mi) compuesta cuando tenía 25 años, “An die Hoffnung op 32” (A la esperanza) y “Wohne der Wehmut op 83” (Deleite de la tristeza). Canciones de suma belleza en las que cantante y pianista demostraron la pulcritud y elegancia con la que ejecutan este repertorio, siempre difícil, porque precisa de delicadeza y un fraseo casi perfecto para transmitir toda su expresividad.
Ofrecieron como propina una canción en italiano del propio Beethoven (“L’amante impaziente“) con la que se despidieron del público tras ofrecer un concierto con piezas hermosas, muy bien interpretadas por dos artistas de nivel y que demuestra que no es necesario demasiado artificio para ofrecer música de calidad, con formatos de conciertos o recitales “de cámara”, con un amplísimo repertorio para mostrar. Bien por el Festival Internacional de Santander por programar este tipo de recitales.