‘Les Musiciens du Louvre’ en el Festival Internacional de Santander
|Fascinado. Así es como me quedé tras asistir al maravilloso concierto que ‘Les Musiciens du Louvre’ llevaron a cabo en la 68ª edición del Festival Internacional de Santander. Y es que fueron cerca de dos horas de música de una calidad sublime, bien ejecutada, de sonidos impolutos de instrumentos de época y de voces extraordinarias, y de un rigor estilístico que colocan a esta agrupación como uno de los referentes actuales en un repertorio que abarca desde el barroco hasta el período moderno, incluyendo el terreno operístico.
Y es que, Marc Minkowski, el director francés fundador de la agrupación en 1982, condujo a los suyos a un nivel interpretativo de los que dejan huella; comenzando por la versión que W.A. Mozart hizo de la ‘Oda a Santa Cecilia’ de G.F. Haendel en 1790, casi 50 años más tarde que la composición original, y que el músico salzburgués adaptó con textos en alemán. No sería la única obra que Mozart revisaría y adaptaría del compositor británico, al que no llegó a conocer, pero que tuvo mucha influencia en su obra. Se trata de una cantata dedicada a Santa Cecilia, patrona de músicos y músicas, con textos del poeta inglés John Dryden. Es digna de destacar la presencia de un laúd y de una armónica de cristal (nunca había tenido la oportunidad de ver y escuchar este instrumento) en algunos de los momentos más bellos de la composición.
Tras la ‘Oda’, que alternaba arias para solistas con fragmentos corales e instrumentales, y después de un descanso, los músicos volvieron al escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales para interpretar una de las grandes obras de la música sacra de occidente, la ‘Gran misa en do menor KV 427’ de Mozart estrenada en Salzburgo en 1783.
Compuesta como ‘misa solemnis’ para orquesta, cuarteto de voces solistas (2 sopranos, 1 tenor y 1 bajo) y un coro doble, quedó incompleta, faltando parte del ‘Credo’ y todo el ‘Agnus Dei’, de ahí que la obra termine tras el ‘Benedictus’. Algunos directores estudiosos y conocedores de la obra mozartiana ‘completan’ esas partes desaparecidas incorporando sus propias instrumentaciones.
El deleite en esta obra fue absoluto. Además del impecable sonido de la orquesta, plagado de matices y expresividad, acompañando perfectamente a las voces, es muy destacable la labor de los 13 cantantes que demostraron que lo que importa es la calidad y no la cantidad. Una calidad de voces considerable, con cantantes de reputado bagaje solista como las sopranos Ana Maria Labin, Constance Malta Bey y Miriam Albano, el tenor Valerio Contaldo o el bajo Norman Patzke. Todos ellos, en conjunto, nos ofrecieron una gran misa espectacular con momentos que quitaban el hipo (el ‘Qui tollis’ fue maravilloso).
En definitiva, un concierto más para la memoria de este nuestro Festival Internacional de Santander y una velada de auténtico placer que te ayuda a reconciliarte con este mundo tan agitado que nos rodea…