Kaufmann y la Filarmónica de Viena interpretan Mahler para Sony
Das lied von der erde (G. Mahler)
Jonas Kaufmann.
Wiener Philharmoniker.
Jonathan Nott, director.
2017 Sony Classical.
«La canción de la tierra», de Gustav Mahler, está subtitulada como ‘Una Sinfonía para Tenor y Alto (o Barítono)’. Y por lo tanto, tradicionalmente dos voces han cantado los seis movimientos de la obra. Sin embargo Jonas Kaufmann se siente diferente también para esto. Quería cantar ambas partes él mismo, y en junio de este año se unió a la Wiener Philharmoniker y al director de Orquesta Jonathan Nott en un concierto especial en el Goldener Saal en el Musikverein en Viena, donde él mismo cantó toda la obra. Ese momento tan especial queda reflejado en este álbum, en el que todos los movimientos de la obra maestra de Mahler son cantados por una sola voz.
Es probablemente la primera vez que las dos partes y sus seis movimientos están cantadas por una misma voz, en un concierto que desató las mejores críticas. “Y así fue moviéndose después de todo para encontrar el amplio alcance de este trabajo, desde la plenitud y la intensidad de la vida hasta la muerte final, unidos por una sola voz”, escribió Der Standard.
Kaufmann cantó no sólo los movimientos de tenor sino también los de barítono o contralto. “Con la mayoría de los cantantes esto parece presuntuoso, pero con él resulta de una lógica absoluta, porque de esta manera su timbre barítono se pone en magnífica ventaja, mientras que sus notas superiores, sin embargo, permanecen radiantes”, se leyó en Der Kurier. “Con su maravillosa habilidad para dar forma a una línea melódica, su excelente dicción y entonación y su ejemplar fraseo, Kaufmann hizo toda la empresa suya”.
Este nuevo trabajo se une a las numerosas grabaciones de la indispensable obra del compositor austriaco y engrosa la lista de proyectos que el cantante alemán lleva a cabo para el sello discográfico Sony.
El libreto que acompaña al disco incluye una conversación del cantante con Thomas Voigt y los textos de la obra que, para su mayor disfrute, ofrezco aquí en castellano:
Primer Movimiento: Das Trinklied vom Jammer der Erde
(La canción báquica de la miseria terrenal)
- El vino ya brilla en la dorada copa,
- ¡pero no bebáis todavía, antes os cantaré una canción!
- El canto de la aflicción os ha de sonar con risas en el alma.
- Cuando se acerca la pena, yacen desiertos los jardines del espíritu,
- se marchita y muere la alegría, el canto.
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- ¡Señor de esta casa!
- ¡Tu bodega atesora la abundancia de vino dorado!
- ¡Aquí, declaro mío este laúd!
- Tocar el laúd y vaciar los vasos,
- he aquí las cosas que realmente hacen juego.
- ¡Una buena copa de vino en el momento justo
- vale más que todos los reinos de esta tierra!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- El firmamento es eternamente azul, y la tierra
- permanecerá inmutable largo tiempo, se llenará de flores en primavera.
- Pero tú, hombre, ¿cuánto tiempo vives tú?
- ¡Ni siquiera cien años se te permite divertirte
- con las frágiles futilidades de este mundo!
- ¡Mirad allá abajo! A la luz de la luna, sobre las tumbas
- se agacha una imagen salvaje y fantasmal…
- ¡Es un mono! ¡Escuchad cómo su lamento
- resuena por todas partes, en el suave perfume de la vida!
- ¡Tomad ahora el vino! ¡Ahora es la hora de disfrutarlo!
- ¡Vaciad vuestros dorados vasos hasta el final!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
Segundo Movimiento: Der Einsame im Herbst
(El solitario en otoño)
- Las nieblas otoñales ondean, azules, sobre el mar;
- toda la hierba se cubre de escarcha;
- se diría que un artista ha extendido polvo de jade
- sobre las delicadas flores.
- El dulce perfume de las flores se ha evaporado;
- un viento frío dobla los tallos.
- Pronto flotarán las mustias y doradas hojas
- de las flores de loto sobre el agua.
- Mi corazón está cansado. Mi pequeña linterna
- se apaga crepitando, y me hace pensar en el descanso.
- ¡Voy hacia ti, querido último lugar de reposo!
- ¡Sí, dame tranquilidad, necesito tanto alivio!
- Lloro muchísimo en mi solitud.
- El otoño perdura demasiado en mi corazón.
- Sol del amor, ¿ya no quieres brillar más
- para secar tiernamente mis amargas lágrimas?
Tercer Movimiento: Von der Jugend
(De la juventud)
- En el centro del estanque
- hay un pabellón hecho de porcelana
- verde y blanca.
- Como el lomo de un tigre
- se encorva el puente de jade
- hasta el pabellón.
- Dentro de la casita se sientan amigos,
- bellamente vestidos, beben, conversan;
- algunos apuntan versos.
- Sus mangas de seda resbalan
- hacia atrás, sus sombreros de seda
- caen alegremente hasta el cuello.
- Sobre la tranquila superficie
- del agua del estanque se muestra todo
- maravillosamente como una imagen de espejo.
- Todo se ve al revés
- en el pabellón de porcelana
- verde y blanca.
- El puente parece una media luna,
- con su arco invertido. Los amigos,
- bellamente vestidos, beben, conversan.
Cuarto Movimiento: Von der Schönheit
(De la belleza)
- Chicas jóvenes cogen flores,
- cogen flores de loto cerca de la orilla.
- Se sientan entre arbustos y hojas,
- acumulan flores en su regazo y se hacen
- burla entre ellas.
- El sol dorado se mueve en torno a las imágenes,
- las refleja sobre el agua resplandeciente.
- El sol refleja sus miembros esbeltos,
- sus dulces ojos.
- Y el céfiro levanta con caricias aduladoras la tela
- de sus mangas, se lleva la magia
- de sus agradables perfumes a través del aire.
- Oh, mira, ¿qué chicos son estos que se apresuran
- allá, en la orilla, con valerosos caballos?
- Brillan en la lejanía como los rayos del sol;
- ¡ya entre las ramas de los verdes álamos
- trota el joven gallardo!
- El caballo de uno de ellos relincha contento
- y duda y cae.
- Sobre las flores y la hierba vacilan las pezuñas,
- pisan precipitadamente como una tormenta las desmayadas flores.
- ¡Ay! ¡Cómo aletean en el éxtasis sus crines,
- y humea calurosamente el hocico!
- El sol dorado se mueve en torno a las imágenes,
- las refleja sobre el agua resplandeciente.
- Y la más bella de las jovencitas le dirige
- largas miradas de anhelo ardiente.
- Su actitud orgullosa es sólo disimulo:
- en lo achispado de sus grandes ojos,
- en la oscuridad de su mirada
- se remueve todavía la excitación compadeciente de su corazón.
Quinto Movimiento: Der Trunkene im Frühling
(El borracho en primavera)
- Si la vida es sólo un sueño,
- ¿para qué, entonces, el esfuerzo y la pena?
- Yo bebo hasta que ya no puedo más,
- ¡todo el querido día!
- Y cuando ya no puedo beber más
- porque el gaznate y el alma están llenos,
- entonces camino vacilante hasta mi puerta
- y duermo maravillosamente.
- ¿Qué oigo al despertarme? ¡Escucha!
- Un pájaro canta en el árbol.
- Le pregunto si ya es primavera…
- Para mí, es como un sueño.
- El pájaro responde, parloteando: ¡Sí! ¡La primavera
- ya ha llegado, ha venido por la noche!
- Con el asombro más profundo, escuché atentamente,
- ¡el pájaro canta y ríe!
- ¡Me lleno nuevamente la copa
- y la vacío hasta el final,
- y canto, hasta que la luna brilla
- en el oscuro firmamento!
- Y cuando ya no puedo cantar más,
- me duermo otra vez.
- ¡Qué me importa la primavera!
- ¡Dejadme estar borracho!
Sexto Movimiento: Der Abschied
(La despedida)
- El sol se despide detrás de las montañas.
- En todos los valles baja el atardecer
- con sus sombras, llenas de frío.
- ¡Oh, mira! Como una barca argéntea,
- cuelga la luna alta en el mar del cielo.
- ¡Noto cómo sopla un frágil viento
- tras los oscuros abetos!
- El riachuelo canta lleno de armonía a través de la oscuridad.
- Las flores palidecen a la luz del crepúsculo.
- La tierra respira llena de tranquilidad y de reposo.
- ¡Todo anhelo quiere ahora soñar,
- los hombres cansados vuelven al hogar
- para aprender nuevamente, en el descanso,
- la felicidad y la juventud olvidadas!
- Los pájaros se encogen tranquilos en sus ramas.
- El mundo descansa…
- El viento sopla frío por las sombras de mis abetos.
- Yo estoy aquí, y espero a mi amigo,
- espero su último adiós.
- Oh, amigo, deseo fervientemente gozar
- contigo de la belleza de este atardecer.
- ¿Dónde estás? ¡Me dejas demasiado tiempo solo!
- Camino de un lado para otro con mi laúd
- por campos cubiertos de hierba tierna.
- ¡Oh, belleza! ¡Oh, mundo ebrio de amor y de vida eternos!
- Bajó del caballo, y le ofreció el brebaje
- de la despedida. Le preguntó hacia dónde
- se dirigía, y también por qué tenía que ser así.
- Habló, y su voz estaba anegada en lágrimas:
- ¡Oh, amigo mío,
- la fortuna no fue benevolente conmigo en este mundo!
- ¿Adónde voy? Voy a errar por las montañas.
- Busco la tranquilidad para mi corazón solitario.
- Hago camino hacia la patria, hacia mi hogar.
- Ya nunca más vagaré en la lejanía.
- Mi corazón está tranquilo y espera su hora.
- ¡La querida tierra florece por todas partes en primavera y se llena de verdor
- nuevamente! ¡Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía!
- Eternamente… eternamente…
(extraídos de Wikipedia)